27 de septiembre de 2011

Diario

Hoy vence el teléfono celular. Tengo que juntar plata para pagar las expensas. Tengo que pedir un turno para llevar el estudio de sangre. La médica me pidió que dejara de comer mal y me obligó a hacérmelo y llevárselo. Hoy se cumplen 40 días. Cuarentena. La luz ya venció. Segundo vencimiento: 5 de octubre. En su momento reclamé que venía demasiado. Lo consulté con amigos y familia. Todos me dijeron: es una barbaridad lo que te viene. Llame y discutí por eso. Los de Edenor me dijeron: desconecte el medidor. No lo hice. Tengo que terminar de armar un curso de literatura que voy a dar el año que viene. Tengo que leer el libro de un amigo que me pidió por favor una crítica cuanto antes. Hace 2 meses. Este viernes lo veo en una reunión que organizamos con ex compañeros de un taller literario. No sé qué decirle. Mi amigo es grandote. Hizo karate y sabe dislocar el hombro en una toma. Tal vez no vaya a la reunión este viernes. Tengo que pensar una excusa. No voy a llevarle el estudio a la médica. Lo leí y no tengo nada. Estoy dentro del promedio en el 90 % de los datos. Tengo que sacar entradas para ver a Drexler.