23 de marzo de 2011

GRADOS DE NEUROSIS

Reconocete en este cuadro. Para saber dónde estás parado.

Grado 1 (leve; casi nadie se da cuenta)

Dejás de comprarte algún libro porque te parece un poco caro.
Tardás dos o tres días en decidir qué color preferís para los muebles de tu casa.
Dejás algún que otro curso a mitad de año, prometiendo volver cuando estés más despejado.
Decís que querés ver menos televisión y utilizás en tu vocabulario “televisión basura”.
Tu primer beso te lo arrancó una chica. O: tu primer beso recién llegó con una relación seria.

Grado 2 (moderado; tenés algunas manías)

Decís que leés más de lo que leés. Nunca decís “ese libro no lo leí”.
No sabés bajar música por internet.
Tenés a mano una excusa cuando te invitan a comer los del laburo.
Querés ir más al teatro.
Te quedó pendiente algo y creés que estás grande para empezar (no importa la edad que tengas).
Aprendiste a manejar después de los 23 y preferís no manejar autos ajenos (eludís por completo el auto de papá)

Grado 3 (importante; dos veces al analista por semana te ayuda)

Te gustan las librerías de barrio. Pero no vas a ninguna.
No te gusta la moda. No te comprás ropa hace dos años. Usás siempre el mismo jean y la misma remera. Y te averguenza.  
Te mudaste solo y fuiste al supermercado a hacer “la compra del mes” una vez. Te arreglás con lo que hay. Pedís delibery y gastás el doble. A fin de mes te querés quejar porque no te alcanza la guita. Pero no lo hacés
Vas al oculista y te hacés todos los estudios (fondo de ojo, te medís la presión): si te dan bien, dudás del oculista. Si te dan mal, dudás del oculista. Preferís tener una segunda opinión. Nunca vas con otro oculista.
Extrañás Musimundo. Te marea la tecnología.
No tenés opinión formada sobre qué clase de película te gusta. O qué género. O qué actor. No reconocés a los actores.   
Te lesionás dos o tres veces al año. Vas a recuperarte a 10 sesiones de kinesiología. Pero dejás en la 6ta. Volvés un mes después y te dicen que tenés que empezar de nuevo. Hacés 4 y dejás.

Grado 4 (imposible; tratá que otros decidan las cosas por vos)

No sabés por qué no te comprás más libros.
No sabés por qué no te comprás películas.
No sabés por qué no bajás música. No sabés bajar música. No sabés por qué no aprendés.
No sabés por qué no tenés un hobby. Te da envidia la gente que tiene hobby. Te da envida la gente en general. Pero mucho más los que tienen hobby y lo dicen.
No sabés por qué no tenés mesitas de luz para apoyar los vasos que te arruinan el piso de madera.
No sabés por qué no tenés sillón para invitar gente a tu casa. No sabés por qué no invitás gente a tu casa. No sabés invitar gente.
Dejás todo los cursos que empezás. Pagás adelantado porque te sale más barato y alguna vez llamaste para saber si devolvían el dinero. Te dijeron que no. Preguntaste si otra persona podía ocupar tu lugar. Te dijeron que no. Hiciste que otro amigo llamara y preguntara si podía ocupar tu lugar pagando poca diferencia. Le dijeron que no. 
No sabés por qué tenés el televisor en el piso.  
No terminaste la facultad porque no te convenció el profesor de Inglés a distancia.
No te gustan los fines de semana largos. No sabés por qué.
No sabés si podrías decirle a tus padres que sos gay. No sos gay igual.
No sabés por qué no tenés un peluquero de confianza y cada vez que vas, tenés que volver a explicarle que lo tuyo son los rulos.
No sabés tu color preferido.
No tenés un autor preferido.
No tenés película preferida. No te gustan las conversaciones de directores de cine porque no conocés a ninguno. Con todos decís “ah, ese”.
No sabés nada de autos.  
No sabés por qué nunca tenés tiempo.
A tu mamá le decís que estás haciendo algo para no hablar. Cuando cortás apurado, te sentís mal y la llamás y hablás 10 min. hasta que volvés a mentirle.
No sabés hablar otro idioma. No te parece siquiera posible.
Cuando te preguntan “de dónde sos” podés llegar a responder “ciudadano del mundo”. Pero no, decís de Palermo. Después explicás que es casi Villa Crespo.
No tenés idea cómo llegar a Barracas. Ni dónde queda Pergamino.